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miércoles, 11 de mayo de 2011

La imagen de la semana es...

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Empire State Building
Shreve, Lamb & Harmon, 1931
New York


Y mientras nuestros chicos creaban y desarrollaban el racionalismo arquitectónico, el futurismo, el neoplasticismo, el constructivismo, la Bauhaus y, finalmente, el Estilo Internacional...

¿Qué estaban haciendo los norteamericanos?
Pues ellos, a lo suyo: Rascacielos

Sólo la llegada de la guerra y el exilio de los grandes arquitectos e ingenieros europeos -el gran ejemplo es Mies van der Rohe- les hará acercarse a los postulados del Estilo Internacional.



Metropolitain Life Insurance Tower
Napoleon Le Brun 1909
New York


Woolworth Building
Case Gilbert 1913
New York


Chicago Tribune Tower
Raymond Hood 1925
Chicago


Equitable Building
Graham 1915
New York


Chrysler Building
William van Allen 1930
New York



McGraw-Hill Building
Raymond Hood 1931
New York
"Lo más cercano al Estilo Internacional que se hizo en Estados Unidos antes de la II Guerra Mundial"



Philadelphia Savings fund Society
George Howe 1932
Philadelphia

Más de lo mismo:
Escuela de Chicago revestida de historicismo.


Por cierto,
¿qué edificio es la Imagen de la semana?
Refiere alguna característica de su construcción y alguna anécdota de la misma.

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"El último objetivo de toda actividad creativa es la construcción"

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Los profesores de la Bauhaus en la terraza superior del edificio de Dessau. De izquierda a derecha: Josef Albers, Hinnerk Scheper, Georg Muche, László Moholy-Nagy, Herbert Bayer, Joost Schmidt, Walter Gropius, Marcel Breuer, Vassily Kandinsky, Paul Klee, Lyonel Feininger, Gunta Stölzl and Oskar Schlemmer.


Todavía hoy en día habalar de la Bauhaus es sinónimo de modernización en el arte. Su mayor herencia -a pesar de que estemos en un tema de arquitectura- no ha sido en sus formas de construcción o edificios sino en la manera que mostraron de entender el Arte, más allá de su definición clásica.

Unieron Arte y artesanía, Arte y diseño industrial ("agradablemente estético, satisfactoriamente técnico, decían en la Escuela). Nada se les resistía: desde edificios a muebles, desde electrodomésticos a elementos decorativos. Es la concepción del Arte como un hecho unitario, buscando incluso la superación del hombre respecto a ideologías y formas anteriores de vida y pensamiento.

El Manifiesto y Programa de la Bauhaus desarrollado en 1919 formulaba ya las prioridades de la escuela y las de su director, Grophius. Su primer objetivo fue establecer la arquitectura como el elemento dominante en el diseño; el segundo trataba de romper la división tradicional entre arte y artesanía, elevando a esta a la categoría de la primera y, por fin, la conversión del diseño industrial en base del programa creativo de la escuela.
Por eso la escuela optó por desarrollar un currículo que cubriera todas las necesidades de una nueva generación de diseñadores industriales y arquitectos.


Los talleres de la Bauhaus se convirtieron en improvisados laboratorios de diseño, donde se fabricaron prototipos de objetos cotidianos, elevados a la categoría de objetos artísticos pero útiles. Cuero, acero tubular, cristal, ...Algunos de los objetos diseño Bauhaus, hoy ya son populares


De ahí que esta Escuela de Artes de Weimar, luego en Dessau y, finalmente por la presión nazi en EE.UU, reunieran entre sus docentes y asesores un plantel de ingenieros, artistas y pensadores sin igual en esa época: Grophius, Meyer y Mies van der Rohe como directores, El Lissitzky y Theo van Doesburg, creadores del neoplasticismo abstracto de "De Stijl" o Moholy-Nagy como teóricos del Curso principal de la Escuela; pintores como Paul Klee o Wasily Kandinsky, que enseñaron teoría del color o diseñadores como Marcel Breuer y Albers, contratados como profesores de taller.

En 1925 se abrió la nueva escuela en Dessau. Su edificio principal es un auténtico manifiesto de la arquitectura moderna:

Menos es más, es decir, simplicidad de formas y colores buscando armonías básicas
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Organización de los volúmenes y los espacios constructivos primando la función sobre la forma
  • Talleres y edificios de oficinas muestran paredes de muro cortina para que les llegue la mayor luz posible
  • Mientras la fachada de la residencia se constituía en un conjunto de espacios y balcones que rompían la simplicidad de la fachada.
Estructura del edificio forma parte de su belleza, por lo tanto observable desde el exterior.

Arquitectura arquitrabada basada en la composición tridimensional de la recta sobre un plano.

Los edificios como objetivo final; dentro de ello todo un enorme proceso de construcción creativa: Muebles de acero tubular, diseño de lamparas, mobiliario de cocina, luces y todo tipo de artefactos domésticos.

Es, en definitiva, la esencia del racionalismo. La forma sigue a la función.




En 1928 Grophius cede su puesto a Meyer como director. La pura concepción artística fue sustituida por la militancia política de los artistas y la standarización de la producción artística. Las protestas de la derecha alemana llevan a sustituir a Meyer por un menos comprometido Mies van der Rohe en 1930. En todo caso, la persecución nazi desde 1932 llevo a esta experiencia revolucionaria a su final definitivo en Europa.

De los principios arquitectónicos de la Bauhaus y de su diáspora, junto a las aportaciones de otros movimientos modernos surgirá tras el CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura mo
derna) de 1928 el "Estilo Internacional", base de la arquitectura hasta los años sesenta o setenta.

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martes, 3 de mayo de 2011

Sullivan & Adler, grandes olvidados

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Frank Lloyd Wright, Peter Berens, Antoni Gaudí, Adolf Loos, Walter Grophius, Mies Van der Rohe, Le Corbusier, Thomas Rietveld, Vladimir Tatlin, Giuseppe Terragni, ... Es tal el despliegue de nombres que muestra la arquitectura europea de las dos primeras décadas del siglo XX que abruma a cualquiera. No sólo por las propuestas arquitectónicas sino por el grado de reflexión y de innovación que ofrecen en sus realizaciones. Nadie puede negar que entre estos nombres están los pilares, las bases de la arquitectura que vivimos y disfrutamos actualmente.

Igualmente, EE.UU despide el siglo con la escuela de Chicago pero la siguiente generación, ya trabajando en Nueva York, es de quitar el hipo: William van Allen, Philip Johnson, Harrison& Abramovitz, Eero Saarinen, Shreve, Lamb & Harmon o Raymond Hood muestran cómo los rascacielos de Chicago pueden ser ampliamente superados en altura, innovaciones técnicas o diseño.

Estas rutilantes estrellas del firmamento arquitectónico dejan en la sombra otros nombres que, por ser pioneros, PARECEN SER MENOS IMPORTANTES.

Louis Sullivan y Danmark Adler formaron la más innovadora y prestigiosa pareja de arquitectos norteamericana hasta su separación en 1895. Debió de ser una extraña pareja, no exenta de terribles discusiones y enfrentamientos. En realidad, Sullivan era el teórico de la arquitectura, el que planteaba y diseñaba las edificaciones, a veces sin tener muy en cuenta que sus acciones tenían repercusiones ingenieriles o estructurales de dificil solución. Adler era el contable, el hombre pragmático, el de los dineros, en lucha con los clientes y los números pero también un excelente ingeniero de estructuras que ya había destacado en la arquitectura del hierro. Adler siempre reconoció la mayor maestría en el diseño de Sullivan mientras que esté confiaba ciegamente en los cálculos de Adler.

Ambos diseñaron más de 180 edificios.
Aunque eran diseñadores de edificios comerciales, residenciales y de oficinas, el éxito les llegó con la construcción del Auditorium de Chicago, en 1886. Su excepcional acústica, el diseño del interior y sus ornamentos les llevó a la fama.

Cuando les plantearon enfrentarse a un rascacielos sus temores no vinieron por el lado de los cálculos estructurales, ni por las soluciones técnicas sino no por las dudas ante el diseño de una estructura tan colosal. Que fácil hubiera sido caer en la ornamentación historicista como hicieron Burnham & Roots o el propio Le Baron Jenney.



Sullivan fue lo suficientemente inteligente como para darse cuenta de que manejaba un icono cultural y económico de una ciudad y de una nación: los rascacielos. Estos edificios necesitaban una nueva estética que les alejara el historicismo imperante. Frank Lloyd Wright, su principal asistente, tuvo claro que el maestro estaba creando un estilo que, más adelante, se copiaría con la marca europea de Racionalismo.

El teorizó que todo rascacielos debe de tener tres grandes módulos de acción arquitectónica: uno, la visión a pie de calle, la visión pública donde el edificio debe de proveer a sus usuarios de espacios de reunión, de compras y las entradas al cuerpo principal del edificio; un segundo módulo que sería el de sus habitantes donde debe de ofrecer formas que permitan desarollar la vida o el trabajo de oficina lo mejor posible y, por fin, un tercer módulo arquitectónico, referido al equipamiento del edificio que debería de estar en el ático y oculto con formas que mejoraran el remate final de la obra. La fachada se convierte, pues, en el elemento donde aparecen las principales innovaciones puesto que lo estructural ya ha sido resuelto por los ingenieros. De ahi su ya famosa frase de "forms ever follow function". Hay que crear fachadas que se adapten tanto a la estructura como a las necesidades de los usuarios pero diseñando algo nuevo.

De todas sus obras, yo destacaría dos:
el Guarantee Building de Buffalo, NY, construido en 1894 y los Almacenes Carson, Pirie and Scott
(en un principio Schlesinger-Meyer) de Chicago, terminados en 1904.








Aunque el Guarantee ofrece algunas soluciones estéticas magníficas -como se puede ver en las fotos superiores-, son los almacenes Carson, Pirie and Scott la culminación de una idea y un proyecto de vida.

Debemos destacar la inexistencia de muro siendo éste sustituido por ventanas, de forma apaisada, largas y divididas en tres vanos de cristal que particamente convierten a las fachadas en "muros cortina" como los que luego popularizará la Bauhaus alemana.





Las ventanas también crean un ritmo horizontal, impropio de los rascacielos, que contrasta con la torre central donde las ventanas son verticales y más estrechas. Este juego lo veremos en muchos edificios del "estilo internacional", desarrollado desde los años 30.



La inmacualda blancura del edificio es debida a la utilización en la fachada de piedra blanca de Georgia, dejando la terracota original -más cara- para los bordes de las ventanas y un pequeño remate en la cornisa. Este efecto culmina la desaparición de la ornamentación de los edificios, rompiendo definitivamente con el historicismo.







Al no ser un edificio especialmente alto, los pilares de hormigón que sostienen la estructura son especialmente delgados salvo los pilares maestros del entramado. Ello permite una diafanidad interior, muy adecuada para unos grandes almacenes pero que no era aun típica de esa época. Hasta la llegada de los rascacielos de nucleo central no habrá edificios de gran altura tan luminosos y abiertos como este.





En fin, recordemos a Sullivan cuando nuestros ojos solo tengan mirada para las maravillas del futurismo, del constructivismo, de la Bauhaus o del "estilo Internacional".

Algunos enlaces de interés sobre este tema...
Los almacenes Carson, vistos por EnseñArte
Carson, Pirie & Scott in English

Louis H. Sullivan construye en la Gran Manzana
Breve biografía de Sullivan en castellano
Magnífica biografía de Sullivan pero en inglés
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domingo, 5 de septiembre de 2010

Pittsburgh Downtown, centro histórico

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Fuente: Wikipedia commons


Saliendo de Fort Pitt Tunnel y tomando el puente del mismo nombre por la Parkway penn Lincoln en dirección al Downtown.



El DT visto desde Mount Washington


Rascacielos desde Liberty Avenue

Si hay algo que diferencia a las ciudades estadounidenses de la mayoría de las europeas es la existencia de ese extraño barrio llamado el Downtown. Si vemos París, Roma, Madrid, Londres o Berlín, la modernidad arquitectónica ha creado grandes rascacielos semejantes a los norteamericanos, incluso formando distritos, pero no conozco -salvo quizás exepcionalmente el Canary Wharf de Londres o La Défense de París- un barrio, un distrito con el mismo alma y las mismas intenciones de los downtowns del otro lado del charco.

Una primera vista nos enseña que sus distritos de negocios son, efectivemente, distritos de negocios. ¡Qué descubrimiento!. Pero hay más. Esos bosques de edificios son realmente sus edificios históricos. El Downtown es el centro histórico de cualquier ciudad norteamericana.

Son una nación nueva, con apenas dos siglos y medio de existencia, marcada por su gigantismo y su capacidad de expansión demográfica pero, sobre todo, económica. Sus rascacielos son una seña de su éxito económico, de su despertar como potencia. Cuando Europa despertó, allá a finales de la Edad Media, cada casa nobiliar quería construir más fuerte o más alto, no hay más que ver San Gimminiano en Italia o en Cáceres en España. Aquí, en Europa, construíamos catedrales góticas que se levantaban hacia el cielo para glorificar a Dios y ensalzar el poder económico de los gremios de una ciudad o el poder político y económico de sus burgueses. Más adelante, a partir del siglo XVII, hemos construido palacios increibles para demostrar el poder de los reyes absolutos. Sus rascacielos, sus downtowns responden a la misma filosofía.


Iglesia ortodoxa del Southside con el Oxford Centre, One Mellon Center y UPMC al fondo

Conjunto de edificios del PPG Center, creados por Philip Johnson. Increible homenaje al negocio de la empresa: glass, vidrio.

Pero ellos son los hijos de la segunda revolución industrial y del mundo moderno y tecnificado, del capitalismo monopolista y de la sociedad de consumo de masas. Ellos tenían que crear sus propios iconos, sus catedrales y sus palacios, como los nuestros pero dentro de las formas e ideas del mundo actual. Cada compañía, casa aseguradora, cada banco, cada empresa quiere tener un espacio propio, un símbolo de su poder, juntos, agrupados, formado una unidad de intereses y de intenciones. Y la ciudad se deja cautivar creando museos, teatros, estadios que rodean esos colosos de piedra y hormigón si son de principios de siglo y de acero y cristal si son de finales del mismo.

Aseguradora médica UPMC, antiguo US Steel Co Tower, de Harrison, Abramovitz & Abbe, construido en 1970
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La verdadera ciudad se desparrama por las laderas y los contornos sin una trama urbana reconocible. Miles de habitantes que apenas se ven entre la floresta y las redes viales. Pero te subes a Mont Washington y desde allí ves el Triángulo de oro, la confluencia de los ríos Monongahela y el Allegheny, el poderoso downtown de la ciudad. Y es, para ellos, un orgullo mostrar el corazón de la ciudad que la mueve y le da vida. PNC Bank, U.S. Steel Co, PPG, Bank of New York Mellon,UPMC Medicare, Heinz, Federated Investors, Alcoa Aluminium, WESCO Westinghouse, etc...son algunas de las grandes empresas que pueblan este downtown.

La auténtica experiencia de Pittsburgh es moverse por esa acumulación de torres que llevan la vista hacia los cielos y sorprenden por el eclecticismo del conjunto, trufado de historicismo, racionalismo, high-tech y postmodernismo. Un downtown norteamericano es un canto a la arquitectura del siglo XX.



Fifth avenue Place con el rascacielos Highmark, construido en 1988



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martes, 1 de septiembre de 2009

Road Movie XIII

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PORTO, NAO LISBOA.
PORTO, A CIDADE DO DOURO

Vamos cayendo poco a poco hacia Coria y Extremadura pero antes hicimos una parada en Oporto, la capital del norte de Portugal.

Tradicionalmante el español se decanta por Lisboa: su barrio Alto, su ensanche del Marqués de Pombal, su castillo, su Monasterio de los Jerónimos, etc. Normal, claro. Quien no.

Sin embargo, Porto tiene un algo especial: es una ciudad encerrada entre el monte y el río, venciada sobre la beira, famosa por su zona portuaria, llena de barrios viejos y desvencijados y a la vista de una Gaia de bodegas insignes de vino fino. Siempre ha sido considerada una ciudad industriosa pero algo castigada por los tiempos.

Hoy Porto es un símbolo de modernidad y renovación, tanto institucional desde foros como la Fundación Serralves o la Universidad como desde la vida cultural surgida desde la propia población. Un fin de semana cualquiera las calles están atestadas de gentes en ocupaciones diversas, en exposiciones de arte, mercadillos, simples paseos, curiosos botellones o viendo pasar el tiempo desde los diversos parques y miradores de la ciudad.


Las gabarras tradiconales de vino de Oporto a lado de las bodegas de Gaia




Arte contemporáneo: fondos de la Fundación Serralves, arte urbano despuntando o consolidado como Juan Muñoz o Claes Oldenburg.


Pero de entre todo lo que la ciudad oferta yo me quedo con los dos símbolos de su historia más reciente: el Puente Luis I, construido por Eiffel que significó la unión definitiva de las dos beiras y la entrada de la ciudad en la modernidad y la Casa de la Música, de Rem Koolhaas, símbolo de su vocación de renovación hacia el siglo XXI.




Cuando uno baja a la Beira dejando de lado la Arrabida y sale de entre las viejas construcciones, surge ante la vista el espectáculo del puente Luis I. Hay pocas construcciones tan gráciles como esta. Su espectacular arco de descarga, su doble plataforma y el tremendo desnivel que supera impresionan a la vista.

Se construyó sobre los restos del desaparecido Ponte Pênsil y se inauguró en 1886 con proyecto del ingeniero belga Théodophile Seyring, discípulo del famoso Gustave Eiffel.

En 1881 comienza la construcción del puente que recibiría el nombre del rey Luis I. Théophile Seyrig elaboró en plano y dirigió las obras con base al proyecto elaborado por el ingeniero João Joaquim Matoso. Como discípulo de Gustav Eiffel planteó el diseño del puente siguiendo los parámetros constructivos de su maestro, basados en los atirantados de acero y las uniones por remaches.

Se trata de un puente con dos tableros metálicos, el superior con cerca de 390 metros de longitud y a cota de 62 metros, y el inferior con 174 metros de longitud y a cota de diez metros. Ambos están soportados por un arco metálico, con 172 metros de luz. Se emplearon 3000 toneladas de hierro en su construcción.

Es dificil sustraerse a la vista tradicional, desde abajo, pero yo os recomiendo que paséis al otro lado. Desde la zona de la Sé o Catedral, hoy el puente es peatonal y destinado al paso del Metro. Cruzar hasta la mitad y mirar la caída y la vista sobre las bodegas o la nueva Beira al atardecer es un momento glorioso.


La arquitectura del hierro dominaba el panorama constructivo de la segunda mitad del siglo XIX. La sorpresa que causó la torre de la expo universal de 1889 fue tan grande, la polémica que suscitó su existencia tan fuerte y la vanguardia de sus fundamentos constructivos fue tal que muchos políticos, administraciones y empresarios en toda Europa no pudieron sustraerse a encargar construcciones semejantes.

Aquí, en España, hay magníficos ejemplos en los viaductos que la MZA y la Norte hicieron para sus nuevas líneas ferroviarias a partir de 1870. Igualmente muchos puentes de los planes de infraestructuras de Maura en la Restauración o del Conde de Guadalhorce en la Dictadura de Primo se construyeron bajo los parámetros del hierro. La generalización de las estructuras autoportantes de hormigón armado a partir de los años 50 del siglo XX hicieron que esta arquitectura fuera en retroceso.



Si, por el contrario, nos vamos a la ciudad alta, al barrio de Boavista, encontraremos el otro símbolo arquitectónico de la ciudad: la Casa de la Música.

Frente a un barrio de arquitectura postmoderna en el que dominan rascacielos de oficina, empresa y hoteles -bien feos, por otra parte, aunque es dificil encontrar arquitectura postmoderna bonita...-, la Casa de la Música rompe por su diseño geométrico y un poco irracional. Es un prisma irregular, con grandes ventanales en alguno de sus lados pero no sigue un diseño tradicional sino que surgen de la masa de piedra segun las necesidad del propio edificio y su función de auditorio.

Destacan el gran ventanal central a nivel del suelo, con cristales traslucidos, la escalera de acceso al hall, incluso la propia plaza que se convierte en prolongación de la sala de conciertos en muchos momentos. El color marrón arena de la plaza y sus ondulaciones contrastan con la angulosidad y color marfil del edificio.


Su irreverencia constructiva lleva a paradojas tales como que mi mujer viera en edificio y dijese: "Esto es el Sand Crawler de los jawas en la Guerrra de las Galaxias". Y es verdad como comprobareis por las fotos que os sugiero. Yo, que son fan total de la saga galáctica, rápido pense en Tatooine y en Luke Skywalker hablando con esos pequeños comerciantes del desierto saliendo de sus tanques orugas. "Es verdad-comenté entusiasmado- pero dudo que Koolhaas piense como nosotros".

Rem Koolhass, uno de los más renombrados arquitectos de finales del XX, ha sido su arquitecto. Teórico -fundamental su libro "Nueva York delirante"- antes que arquitecto y urbanista por encima de todo -sus estudios para la ciudad de Lille en Francia han generado un amplio debate sobre el futuro urbano en Europa y el Mundo-, ha sido galardonado por numerosas universidades y por el prestigioso premio Pritzker de arquitectura en el año 2000.

Koolhaas apuesta en sus edificios por la masa frente al vano o el espacio, por las formas geométricas y rotundas que contrasten con el espacio que los rodea. Fruto de esa apetencia surge un gusto personal por las formas futuristas, avanzadas, rompedoras con las formas arquitectónicas tradicionales: escaleras voladas, voladizos colgados, formas prismáticas complejas, volúmenes superpuestos ...

¿ Cómo, entonces, podríamos calificarlo?. ¿Deconstructivista demoledor -adios a las plantas y alzados convencionales-, modernista-futurista -el nuevo D'Elia del siglo XXI- o frío estructuralista -el edificio sigue a la forma-?. Dificil de calificar, sus proyectos son, cuando menos, sorprendentes.

Me gustaría destacar algunas de sus obras y poneros unos enlaces a su famosísmo estudio OMA (Office of Metropolitan Arquitecture ) y a páginas web donde se analiza su obra.

Artículos de El País sobre su obra

Wikipedia y Koolhaas

Rem Koolhaas en ArqChile

Sede de la radiotelevisión de China para los Juegos Olímpicos de Pekin


Biblioteca Pública de Seattle en EEUU



Embajada de Holanda en Berlín


Estación en el Illinois Institute of Technology y Rem Koolhaas



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How do you say in English...?

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