lunes, 25 de abril de 2016

La imagen de la semana...








DIOS MIO, ¿ESTARÉ SOÑANDO? 
¿QUIÉN HA CREADO SEMEJANTE ENGENDRO ARTÍSTICO?

¿Podrías relatarme en 150 palabras qué demonios es este "estilo" y quiénes crearon semejante "cosa"? ¿Hay una explicación plausible y razonable para crear esto?

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domingo, 24 de abril de 2016

El arte desatado ...

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LA BALSA DE “LA MEDUSA”
 (reelaborado de art en línia y wikipedia )



La Balsa de la Medusa (en francés: Le Radeau de la Méduse) es una pintura al óleo hecha por el pintor y litógrafo francés del Romanticismo, Théodore Géricault entre 1818 y 1819. La pintura se terminó cuando el artista tenía únicamente 27 años, el trabajo se convirtió en un icono del Romanticismo francés. Es una pintura de formato grande (491 cm × 716 cm)
Su obra más famosa es La balsa de la Medusa, tema sacado de un acontecimiento próximo que había polarizado a la opinión pública. 

Se trata de la pérdida de la fragata Medusa, enviada al Senegal por el gobierno francés el 1816 bajo el mando del conde de Chaumareix, oficial de la armada, inactivo durante 25 años, y a cuya incompetencia se atribuía el desastre. Al producirse el naufragio, el capitán y los oficiales hicieron uso de las barcas salvavidas y abandonaron a su suerte a la marinería, a la que consideraban socialmente inferior; un grupo de 149 personas improvisó una balsa y recuperó de las aguas algunos barriles de vino, y se vieron obligados para subsistir a prácticas de canibalismo (el hacha ensangrentada -en la parte inferior derecha de la balsa- es la única referencia al canibalismo descrito por los supervivientes). Sólo 15 individuos sobrevivieron cuando la balsa fue encontrada por la fragata Argus, semanas después. Otros cinco murieron al tocar tierra. Es, pues, un cuadro de historia contemporánea construido sobre un hecho real que había estremecido a la opinión pública; el pintor se convierte, pues, en intérprete del sentimiento popular. "Ni la poesía ni la pintura podrán jamás hacer justicia al horror y la angustia de los hombres de la balsa" afirmaba Géricault.



La paleta es muy reducida, va del beis al negro pasando por los tonos pardos claros y oscuros. Consigue, de este modo, una atmósfera de tonos cálidos con colores armonizados que produce una impresión dramática de angustia y desamparo. El color dominante es el beis oscuro y apagado. Sin embargo, existe un elemento que se destaca del resto por su color: se trata de la estola rojiza que lleva el anciano que sujeta un cadáver con la mano, en la parte izquierda inferior del cuadro.
El romanticismo se caracteriza por una pincelada suelta y unos contornos imprecisos, como es el caso de este lienzo.


En cuanto a la forma y ejecución de las figuras, buscando mayor autenticidad, visitó hospitales para trazar minuciosos estudios de enfermos y moribundos, y se llevó a su estudio diversos miembros humanos procedentes del depósito de cadáveres. Pero su realidad es más poética que fotográfica: aunque mandó instalar en su estudio una reproducción de la balsa a tamaño natural y figuras de cera para moverlas a su antojo, sus náufragos no son los macilentos desdichados que lograron sobrevivir, sino los vigorosos desnudos de Miguel Angel, a quien estudió en Italia (1816-1818).

Parte de la energía de esta obra nace del movimiento de las figuras: los brazos en escorzo señalando la dirección del Argus, la emoción reflejada en los rostros y gestos de los supervivientes, las manos juntas del hombre con los cabellos peinados por el viento... Pero también de las fuerzas de la naturaleza: la vela remeda la forma de la gran ola del fondo, y con ello la agiganta y la resalta (la vela hinchada y la violencia del mar recalcan el poder destructor de la naturaleza), los cúmulos de la izquierda repiten las formas de las tumultuosos olas que se encrespan debajo.



 



Organiza la composición formando dos pirámides. La primera la dibujan los vientos que sostiene la vela. La segunda está formada por las figuras inferiores de los muertos, que serían su base, y se alzaría, pasando por los enfermos y moribundos, hasta la figura de la cúspide, que cobra nuevas energías ante la perspectiva del rescate. El Argus, gemelo de la Medusa, es sólo un punto minúsculo en el horizonte y hay que forzar la vista para divisarlo, como les ocurre a los náufragos; su tamaño diminuto intensifica el dramatismo del momento, ya que entra en lo posible que el buque se aleje como ya había ocurrido una vez.

En el segundo decenio del siglo XIX empieza la crisis del Neoclasicismo, arte oficial del Imperio. Géricault se separa bruscamente del clasicismo de David, pero no es el único; también Ingres se aleja de él, aunque en dirección opuesta. Ingres se identifica con Rafael o Poussin y camina por la vía del idealismo clásico-cristiano abierta por Canova; Géricault se identifica con Miguel Angel y Caravaggio, vive intensamente la desesperada experiencia de Goya, abre audazmente la vena del realismo que, a través de Daumier y Courbet llegará, con Manet, a las puertas del impresionismo.

Los temas de Géricault son caballos, corriendo o en batallas, soldados y combates, máscaras lunáticas de locos, cabezas de guillotinados. El motivo dominante de su poética es la energía, la fuerza interior, la furia que no se concreta en ninguna acción definitiva e histórica (recordemos que al mismo tiempo y el mismo motivo domina la poética de Balzac). Sus motivos colaterales son la locura, como última dispersión de la energía más allá de la razón, y la muerte, como brusca ruptura de la corriente energética. Al disponer de ingresos propios, Géricault fue un nuevo tipo de artista. No precisaba encargos y se sentía libre de elegir los temas que más le interesaban.



Al seleccionar esa tragedia como el tema de su primer trabajo importante —una descripción (la cual no le fue encargada) de un evento reciente en esa época— Géricault conscientemente seleccionó un incidente muy conocido que pudiera generar un gran interés público y al mismo tiempo que pudiera ayudarlo a comenzar su carrera. El evento en sí fascinó al artista, y antes de comenzar a trabajar en la pintura final, emprendió una investigación intensa y produjo muchos bocetos preparativos. Entrevistó a dos de los supervivientes, y construyó un modelo detallado a escala de la balsa. Su empeño le llevó a ir a morgues y hospitales donde pudiera ver de primera mano el color y la textura de la carne de las personas agonizantes y de las que estaban muertas. Como el artista había anticipado, la pintura probó ser altamente polémica en su primera exhibición en el Salón de París de 1819, atrayendo elogios apasionados y condenas por igual.

Una versión "moderna" encontrada en la red

Gonscini y Uderzo no se pudieron resistir
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miércoles, 13 de abril de 2016

Una mirama a sí mismo: Rembrandt Harmenszoon van Rijn

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REMBRANDT...AUTORRETRATOS



Los Huygens, Constantijn y Christiaan, conocidos en Holanda por sus estudios de ciencia y obras literarias, fueron los primeros grandes mecenas de Rembrandt. Su fama le llevó a residir ya en Amsterdam, convirtiéndose ya en un conocido y reputado pintor. Esta bonanza se ve en la altivez de su rostro y apariencia. Incluso para la segunda foto ya tenía alumnos, signo de maestría.



Entre 1632 y 1640 Rembrandt alcanza honores y reconocimiento pero se hace adulto. Cambia su aspecto físico, viste como un adulto enriquecido, se deja bigote y engorda ostensiblemente. No es una decadencia física sino todo lo contrario. Es la muestra, la impresión del triunfo. Ha pintado la aclamada lección de anatomía del doctor Tulp o el descendimiento de Cristo para el statholder Federico-Enrique de Orange-Nassau. Se ha casado con Saskia van Uylenburch, la hija de su maestro. Es un matrimonio declaradamente por amor.
Pero la vida le golpea con fuerza en esos años. Sus hijos mueren recién nacidos y en 1640 muere también su madre. Un punto de tristeza se deja ver en el segundo retrato aunque él mismo se quiere representar optimista ante la vida.


Muere Saskia. Un ya opulento Rembrandt parece no dejar entrever una gran aflicción...quizás en sus ojos y el rictus de su boca. Ese amor trasmutado en matrimonio: Saskia no le hace heredero sino usufructuario de su fortuna. Un revés para un Rembrandt que ya ha empezado su gran pasión, el coleccionismo de arte. Es curioso, en plena crisis personal surge su obra más grande: La Ronda de Noche.



La estrella de Rembrandt se apaga. Sus obras siguen siendo referencia en el arte holandés pero su dispendiosa vida, el coleccionismo y sus relaciones personales le llevan a la ruina. El rostro del pintor denota varios golpes a su enorme autoestima: denunciado por concubinato ante un tribunal eclesiástico, arruinado por fracasados negocios comerciales en las Indias, ahogado por las deudas de sus masivas compras de arte, ha de declararse en 1656 insolvente y son subastados y vendidos todos sus bienes. Este autorretrato refleja la tortuosa situación y, sobre todo, la pérdida de esa fuerza juvenil y adulta. Es un hombre no acabado pero sí amedrentado.


Rembrandt por acuerdo judicial y para no acabar en la cárcel se convierte en empleado de su hijo y de su criada que se comprometen a alimentarlo y alojarlo de por vida. La sombra de la prisión desaparece pero su fama también. Su pintura se hace cada vez más oscura, de trazos violentos y nerviosos. Por un momento parece que vemos dos pintores: uno, oficial, de pago "Los síndicos de los pañeros" y otro, personal, impresionista, "San Mateo y el Angel", "La joven bañandose en un arroyo". La hidropesía agotaba su poca paciencia y su pobre espíritu vivía atormentado.

Morirá el 4 de octubre de 1669.

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jueves, 7 de abril de 2016

Dos colosos frente a frente...

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BERNINI vs BORROMINI

BORROMINI vs BERNINI

Dos colosos de la arquitectura. Dos figuras geniales. La arquitectura después de ellos ya no volvió a ser la misma... pero también una enemistad eterna, un odio sin límite: el maestro, Bernini siente la fuerza volcánica del aprendiz, Borromini. La admiración entre ambos se transforma en rivalidad, primero, y en desprecio y odio después.

Bernini se convirtió en el preferido de los Papas, protegido por los Barberini y, en concreto, por Urbano VIII pudiendo desarrollar todo un programa artístico complejo con todos los medios a su alcance. Jóven, hombre de mundo, exitoso, llamado por Luis XIV para diseñar Versalles, su estilo es más académico y clasicista.
La llegada de Inocencio X -inmortalizado de forma genial por Velázquez- al solio papal en 1644 supone el ascenso de la estrella de Borromini y la caída de su maestro. Apenas pudo disfrutar de su bonanza cuando un nuevo Papa -Alejandro VI- repuso a Bernini como maestro de obras del Vaticano. Su venganza fue terrible. Borromini terminó su vida rematando antiguas obras, mendigando, sólo, abandonado... depresivo, sintiéndose perseguido y despreciado, finalmente se suicidó.

Soy declaradamente Borrominiano desde aquel día -hace ahora 30 años- en que ví en Roma San Carlo alle Quattro Fontane y San't Ivo alla Sapienzia. ¡Cuánta genialidad arquitectónica concentrada en tan poco espacio!. Imaginativo, rompedor, provocador en las formas, profundamente religioso supo darle a sus obras ese punto que buscaba la Contrarreforma.

Borromini se ofreció en cuerpo y alma a la arquitectura -"¡Yo no he venido al mundo a copiar las columnas del Coliseo!!", llegó a decir-. Bernini, humanista total fue elogiado tanto como arquitecto como escultor (madre mía sus esculturas de la Villa Borghese, ya las conocéis...). La construcción de la Columnata de San Pedro le ha dado fama y gloria universal como arquitecto. Yo, sin embargo, lo prefiero como escultor. ¡ Cuánta gente viaja a Roma y desprecia por menores las obras de Borromini...!

Os propongo un juego... Os ofrezco imágenes de obras de ambos genios. Decidme cuál es de cada quién pero decidme también donde está la novedad arquitectónica que hizo de estos hombres inigualable ejemplo para los arquitectos del siglo XVII y XVIII.









Responde ordenando de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
Venga, venga...

How do you say in English...?

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