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jueves, 26 de abril de 2012

Los olvidados del temario...

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Hacer una entrada de arquitectura barroca española es una osadía. Me van a disculpar los colegas porque seguro que no cubre sus expectativas y le parecerá tosca y pobre, y me van a disculpar mis alumnos porque quizás les parezca en exceso complicada.

En fin, hay  que dar gusto a nuestros clientes naturales: los alumnos. Simple y sencillo, en la medida de lo posible.

No podemos olvidar que la monarquía Hispánica y los reinos peninsulares están, en el siglo XVII, en una crisis económica terrible, iniciada al final del reinado de Felipe II y en pleno auge durante los reinados de Felipe III y, sobre todo, de Felipe IV. Hay tres datos simples que marcan el nivel de la crisis: uno, el descenso demográfico brutal en ese siglo, de casi 2 millones de habitantes en Castilla; otro ejemplo pueden ser la venta masiva de juros o préstamos personales que la nobleza y la Monarquía tuvieron que hacer para compensar sus pérididas de ingresos y sus crecientes gastos. Por fin, las repetidas bancarrotas del Estado, que le obligaron entre otras cosas a dejar de pagar a los Tercios en Flandes y Alemania, llegando estos a sublevarse contra sus generales por llevar meses sin paga.


En fin, esto nos lleva a entender porqué gran parte de la arquitectura barroca española es religiosa. Es la Iglesia (monasterios, obispados, parroquias, cofradías, ...) son las únicas instituciones con suficiente crédito como para encargar edificios y obras de arte en general. La monarquía realiza algunas grandes obras como el palacio del Buen Retiro, en Madrid, pero habrá de esperar a la recuperación política y económica del siglo XVIII para que los reyes se conviertan, otra vez, en mecenas artísticos de primer orden con construcciones de la talla del Palacio de La Granja de San Ildefonso, Aranjuez o el Palacio Real de Madrid.

Es aventurado dar características en un estilo tan variopinto y diferente a lo largo de la geografía española y tan extendido en el tiempo. Quizás hay dos muy claras: 
una, el carácter ornamental y la exhuberancia decorativa de que hacen gala los edificios, bien sea en su interior, bien sea en sus fachadas-retablo. Guirnaldas, molduras partidas, baquetones quebrados, cartelas vegetales, esculturas en relieve o exentas, hornacinas, frontones curvos y rectos, partidos o no, estípites, columnas salomónicas, entablamentos rotos, alabeados o en zig-zag, ménsulas, escudos, oculos, camarines, y un sin fin de elementos más clásicos o evolución de los mismos. Todo ello realizado utilizando materiales pobres como estuco, ladrillo, yeso o madera y materiales nobles como el mármol o la piedra. Pero siempre mostrando un estilo con tendencia a ser más recargado que en épocas anteriores.
La otra sería la simplicidad constructiva y formal de los edificios; plantas de cruz latina y una sola nave con transepto y cúpula, capillas entre contrafuertes,  al estilo de Il Gesú de Roma, lejos de las fromas de los arquitectos italianos. técnicamente son simples porque no hay recursos pero porque la decoración hace el resto.

Si tuvieramos que dividir este largo periodo de casi dos siglos en etapas artísticas yo propondría la siguiente simple división. 
Un primer periodo, desde 1590 hasta mediados de siglo XVII (1640) de continuo declive, con un estilo heredero del Herreriano anterior, muy sobrio, austero, apenas decorativo y con edificaciones de gran simplicidad formal y constructiva. Destacaríamos a Juan Gómez de Mora y entre las obras clave, el Monasterio de la Encarnación de Madrid, la Plaza Mayor de la misma ciudad y la fachada de la iglesia de la Clerecía de Salamanca.




Un segundo momento sería el reinado de Carlos II (1640 hasta 1700) donde se produce una recuperación económica y aparecen los mejores ejemplos de riqueza decorativa. Aquí hay una variedad enorme de autore pero podríamos destacar a Alonso Cano y su fachada de la catedral de Granada o a Herrera del Mozo y la Basílica del Pilar.


Entrados en el siglo XVIII el barroco español, como en casi toda Europa, se desgaja entre una contibuidad del periodo anterior y un estilo cortesano, heredero del clasicismo francés del reinado de Luis XIV. La familia Churriguera responde al primer modelo mientras que serán arquitectos italianos como Juvara o Sachetti los que encarnen el segundo modelo. El Retablo de San Esteban de los Dominicos de Salamanca y la Plaza Mayor de la misma ciudad son obras destacadas de José Churriguera y Alberto Churriguera, el Antiguo Hospicio de Madrid de Pedro de Ribera, el Palacio de San Telmo de Sevilla, obra de Matías Figueroa o la Fachada del Obradorio, de Casas y Novoa son los mejores ejemplos del estiulo continuista. Los Palacios antes citados de Madrid, Aranjuez y la Granja los mejores ejemplos del estilo cortesano afrancesado.




martes, 22 de noviembre de 2011

¿Arte de los reinos germánicos...?No me hagas reir...

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Invadir y destruir en algunos casos o pactar y suplir al Imperio en otros, los pueblos germánicos siempre han tenido muy mala prensa en la historia. Los niños de la ESO se llevan la impresión de que esos tipos bigotudos, ataviados con pieles, magnificos jinetes eran hombres terribles y destructivos, toscos y brutales, incapaces de conservar o soportar la civilización romana.
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Bueno, todo esto está bastante lejos de la realidad. Salvo las glorias arquitectónicas y musivarias bizantinas, es dificil encontrar en la propia Roma grandes construcciones del siglo V dc. Muchas ciudades a lo largo del Imperio occidental o bien habían sido abandonadas, o bien eran ya incapaces técnica y económicamente de sostener o reparar sus acueductos, fuentes, molinos, canalizaciones y edificios. Un estado de declive que, en muchos casos, llevó al abandono.

De ahí que no nos deba de extrañar el declive artístico y constructivo que sufrió Europa occidental entre los años 500 y 800. Un mundo ruralizado, de grandes villas fortificadas bajo la dominatio de terratenientes o potentes, cuyos campesinos o servi estaban ligados por pactos a ellos para poder ser protegidos y disponer de tierras. Un mundo de relaciones personales entre nobles y religiosos, de fideles, bucelarios, saiones y amicis, donde los reyes se mantenían en el poder no por un estructura administrativa de tipo imperial sino por relaciones personales entre ellos, basadas en la confianza y en el servicio de armas.

Nada que no se apuntara ya a finales del Imperio. Nada que no practicaran ya los pueblos germanos romanizados como eran los visigodos o los ostrogodos.

En fin, el problema era cómo subsistir y comó tener poder en un mundo atomizado de pequeños poderes locales. Lejos de su intención y su capacidad estaba construir grandes edificios o patrocinar las artes. Tan sólo la Iglesia y algunas dinastías de importancia tenían capacidad como para imitar de forma tosca y lejana las glorias imperiales.

Debía ser "divertido" vivir en las ciudades romanas de Occidente, ver como cada día caían y se desmoronaban muros y edificios completos, cómo se robaban materiales de construcción desmontado o destruyendo lo poco que quedaba, cómo se reparaba de forma miserable para no perderlo todo, cómo se usaban esculturas y mosaicos para rellenar muros o terraplenes. Como las zarzas se lo comían todo.

Aquello que se llegaba a construir se hacía con materiales de escaso coste y fácil acceso. Predominaban las construcciones de madera o de aparejo rústico de sillarejo o mampostería, usando como soportes los pilares o columnas toscas. Para cubrir, o techos planos o abovedamientos de cañón. Los arcos de ladrillo más facilmente soportable.

Destaca, sobre todos, el Mausoleo ostrogodo de Teodorico, en Rávena. Aproximadamente, del 520 dc. De planta circular y dos pisos, su bóveda es de una sola pieza por la dificultad de crear un cúpula anular como la del Panteón.



Algunas basílicas merovingias, de las que por su construcción en madera, apenas si conservamos sus criptas en piedra. Un buen ejemplo es Notre Dame du Jouarre, del siglo VII, en la que predominan los restos de origen tardorromano.



De los lombardos apenas sí nos quedan muros o partes integradas en conjuntos posteriores. Por ello, es dificil encontrar algun ejemplo puramente lombardo. Quizás lo mejor sean los restos de Santa Sofía en Benevento, iglesia aneja a un convento dependiente de la abadía de Montecassino, del 750.



Sin duda, los más prolíficos tanto en arquitectura como en artes suntuarias u orfebrería son los visigodos. Muy romanizados y cristianizados por ser tropas auxiliares romanas en el Bajo Danubio, llegaron a Hispania por un pacto con el Imperio para desplazar a suevos y vándalos. La creación del reino visigodo de Tolosa en la baja Galia y en Hispania fue el primer paso para la creación del reino definitivo en la península cuando los francos les desplazaron hacia el Sur. Con Recaredo y Leovigildo llegan un progreso cultural nunca después igualado hasta los reinos cristianos del siglo X y XI.

Tres son los elementos arquitectónicos característicos de los visigodos: uno, el muro de perfecta sillería, muy bien aparejada; dos, el arco de herradura, más abierto que el islámico y, tres, sus magníficas bóvedas de arista o cañón.
Todo el territorio está tachonado de peqeñas pero lujosas iglesias visigodas con planta basilical de tres naves o de planta de cruz griega. Todas disponen de varios absides, rectangulares, y de un pórtico de entrada. La decoración interior ya tiende al esquematismo, propio de la nueva cultura artística cristiana y de la ausencia de buenos artesanos.

Destacamos algunos ejemplos:

San Juan de Baños, en Palencia, construida por Recesvinto, con tres naves.





Quintanilla de las Viñas, en Burgos, de una sola nave.



Santa Comba de Bande, en Orense, con planta de cruz griega




San Pedro de la Nave, en Zamora, de cierta complejidad arquitectónica por sus arcos y una cámara sobre el altar.





Santa Lucía del Trampal, en Cáceres, de tres naves y cabecera compleja y muchos elementos constructivos rescatados de las cercanas ruinas romanas.





No podemos olvidar y poner un par de fotos que muestren las capacidad técnica visigoda en orfebrería. El tesoro de Guarrazar es un magnífico ejemplo.



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martes, 4 de mayo de 2010

Los olvidados del temario...

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"El entierro en Ornans es, en realidad, el entierro del Romanticismo" (Gustave Courbet)

Una nueva entrega de nuestra categoría "Los olvidados del temario".

En Extremadura el temario incide en el siglo XIX en el Neoclasicismo y en el Romanticismo pictórico para luego plantear el primer gran estilo moderno, como es el Impresionismo.

Hablamos de que el Romanticismo se extingue hacia 1840-1850 mientras que las primeras manifestaciones del Impresionismo están alrededor de 1870.

¿ No hay más que Academicismo entre ambos momentos?

Por supuesto que no. Hay un conjunto de corrientes y movimientos que han sido sacrificados por las premuras del temario. Hablamos de la Escuela de Barbizon, el Realismo, los prerrafaelitas o la escuela norteamericana Hudson River School.


La Escuela de Barbizon de pintura (aprox. 1830–1870) fue el conjunto de pintores reunidos en torno al pueblo de Barbizon, cercano al bosque de Fontainebleau, donde los artistas de este círculo desarrollaron un nuevo modo de entender la pintura. Los integrantes fundadores de la escuela de Barbizon fueron Théodore Rousseau, Jean-Baptiste Camille Corot, Jean-François Millet y Charles-François Daubigny.

Muchos de ellos han sido posteriormente adscritos al realismo pictórico pero sus primeras experiencias artísticas fueron dentro de este grupo, comprometido con el arte y rechazando el estilo y las formas de hacer arte de neoclásicos y románticos.

Impresionados por una exposición retrospectiva de Constable en París, su temática se vinculó al mundo rural, buscando inspiración directa en la naturaleza. Siempre hemos hablado del "plein air" de los impresionistas pero estos autores fueron los primeros en plantear sus cuadros a la vista directa de los paisajes . Así, las escenas naturales fueron la temática más recurrente, como elemento protagonista de su pintura y no como mero telón de fondo de hechos dramáticos o escenas mitológicas. No hay en esta escuela presupuestos de critica social o denuncia como algunos de sus miembros realizarán años después, una vez que la habían abandonado.


Rousseau es el ejemplo más claro de la evolución en el gusto de la sociedad francesa pues desde un inicial desprecio a su obra frente al gusto romántico dominante, hacia 1853 su producción se reune en una exposición y es definitivamente alabado como uno de los grandes pintores del siglo.

El realismo pictórico es un movimiento que surge al amparo de una renovación literaria, cultural y del pensamiento en Europa a mediados del siglo XIX. Los procesos revolucionarios para la afirmación del liberalismo, el movimiento e ideologías obreras aun en formación pero cada vez más activas y concienciadas y las duras condiciones socioeconómicas creadas por la industrialización llevaron a los autores y artistas a expresiones de denuncia social en todos los campos del arte.

Los pintores de este movimiento comparten una estética basada en la representación directa de la realidad. La manera cómo se materializa este principio básico varia desde la crudeza objetiva de Courbet hasta la simplificación gráfica de Daumier, pasando por el filtro idealista de Millet.

En cualquier caso, todos comparten la radicalidad de los temas: ante la trascendencia que conceden al tema romanticismo y academicismo, el arte realista entiende que no hay temas banales y que, en consecuencia, cualquier cuestión puede ser objeto de interés pictórico. Esta banalización será clave en el desarrollo de los futuros planteamientos impresionistas. Sin embargo, el tema supera lo descriptivo para centrarse en la critica social. El artista como intelectual "movilizado", consciente de la miseria, denuncia la existencia miserable para que, a través del arte, llegue a todas las personas con sensibilidad.



Pero, más allá de la critica social, los realistas muestran muchos avances pictóricos que luego van a ser copiados y superados por Monet o Renoir. Frente a la fuerte presencia del dibujo en muchas de sus obras y una pincelada aun bastante larga y contínua, otras obras rompen con esta forma de pintar y muestran una total dependencia del color para crear formas, un manifiesto abcoetamiento de las figuras y una pincelada ondulante, matérica y, a veces, corta y nerviosa.




La fuerza expresiva de Courbet, su agudo realismo en los temas y capacidad pictórica para crear en diferentes estilos y con diferentes técnicas le llevó a tener el reconocimiento de la crítica que no del público. Ya hacia 1870 cuando otros estilos se consolidaban, Courbet fue considerado uno de los grandes del arte francés.

La Hudson River School fue un movimiento artístico creado en EE.UU fuertemente influido por el romanticismo y por la escuela de Barbizon.
Sus pinturas tenían como tema el valle del río Hudson y sus alrededores. Su idea es mostrar una visión pastoral, idílica, del paisaje donde el ser humano y la naturaleza coexisten pacíficamente, muy en la línea de lo pintoresco en el romanticismo. Pero esta idealización se ve modificada por su interés por reflejar de forma muy realista el entorno, aun semisalvaje, con una agricultura que convive con la más pura naturaleza.
Thomas Cole es reconocido de forma unánime como creador del movimiento. Este estilo permitió que se introdujeran en el mercado americano multiples reproducciones y obras de fondo realista y, posteriormente, impresionista que pusieron en relación el arte europeo con el del nuevo continente.



La Hermandad Prerrafaelita o Prerrafaelista
(Pre-Raphaelite Brotherhood) fue una asociación de pintores, poetas y críticos ingleses, fundada en 1848 en Londres por John Everett Millais, Dante Gabriel Rossetti y William Holman Hunt. La Hermandad duró como grupo constituido apenas un lustro, pero su influencia se dejó sentir en la pintura inglesa hasta entrado el siglo XX.

Los prerrafaelistas rechazaban el arte académico predominante en la Inglaterra del siglo XIX, centrando sus críticas en Sir Joshua Reynolds, fundador de la Royal Academy of Arts. Desde su punto de vista, la pintura académica imperante no hacía sino perpetuar el manierismo de la pintura italiana posterior a Rafael y Miguel Ángel, con composiciones elegantes pero vacuas y carentes de sinceridad. Por esa razón, ellos propugnaban el regreso al detallismo minucioso y al luminoso colorido de los primitivos italianos y flamencos, anteriores a Rafael (de ahí el nombre del grupo), a los que consideraban más auténticos.

La realidad es que este estilo se acercaba a un profundo realismo pictórico, con una gran fuerza del dibujo y los colores planos, acentuado todo ello por un detallismo al estilo de la pintura flamenca tardomedieval y con unas temáticas que ahondan en leyendas medievales, paisajes fanásticos y mundos irreales.

Su huella ha sido enorme puesto que en pocos años el modernismo artístico acepta las formas de este estilo como principios de su estilo decorativo. Su carácter mágico e hiperrealista ha sido siempre del gusto popular.

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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los olvidados del temario

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Cada año que pasa mayor número de cadaveres artísticos engrosan la necrópolis de "los olvidados del temario". Esta breve referencia es un homenaje a Victoria Rodrigo Sr. que, cuando vuelva a esta asignatura, sufrirá los rigores del tiempo...

Nuestro olvidado de hoy es ni más ni menos que el origen del arte como expresión de la belleza y como representación de los intereses sociales: es el arte del paleolítico superior.

Sí, muchos se sorprenderán de que santuarios del arte universal como Lascaux o Altamira hayan sido borrados de los contenidos mínimos de esta asignatura. Nos rebelamos contra ello. Hay que hablar.

El arte parietal paleolítico surgió hace aproximadamente... bueno es dificil cuantificar esto. Lenguaje, creencias, arte tiene un origen remoto. Calculan los entendidos que hace unos 25.000 años pero que tuvo su mayor esplendor alrededor del llamado periodo Magdaleniense, osea, hace unos 15.000 .

La escuela más significativa por su calidad artística y por la espectacularidad de sus hallazgos es la Franco-cantábrica. Entre la Cordillera Cantábrica y la Aquitania francesa, los Homo sapiens Sapiens, al abrigo de cuevas y refugios naturales, crearon toda una serie de conjuntos pictóricos con un fin posiblemente mágico-religioso-social. Son representaciones de animales de la fauna glaciar, tratados con un profundo sentido naturalista, que se yuxtaponen sin crear escenas y que utilizan los resaltes naturales para lograr junto con los colores magníficos efectos de volumen y tridimensionalidad.



Trabajados con la mano, con buriles, con toscos pinceles de crin, con tintes absolutamente naturales obtenidos de minerales y plantas pero con un agudo sentido de la técnica pictórica destacan las cuevas de Lascaux en Francia y Altamira en España. Otras importantes en nuestro entorno son el conjunto de Puente Viesgo y Tito Bustillo.

En ellas bóvidos, cérvidos y equidos se superponen a manos, puntos y símbolos sexuales realizados en la técnica del aerografo mientras que para las figuras animales se perfila el contorno con un buril, se rellena con la técnica del tampón o de manchas o con pintura aplicada de forma continua, llegando a crear efectos de desvaído o de volumen reduciendo el pigmento.



¿ Cual es su origen?,¿Porqué se hicieron?. No voy a contaros todas las teorías que se han planteado frente a estas cuestiones: Reinach y la magia empática cazadora; Breuil y la religiosidad paleolítica; Laming-Emperaire y Leroi-Gourham con sus explicaciones sexuales y grupales. Hoy casi todos se decantan por la multiplicidad de explicaciones, acercándose al fetichismo o a las manifestaciones étnico-mágicas. En fin, da igual. Yo veo esas cuevas maravillosas, llenas de estalactitas y recovecos calizos y me maravillo que estos hombres fueran a esos lugares a hacer tan magníficas representaciones solo igualadas mucho después por la pintura egipcia.



Hoy podemos contemplar una excelente reconstrucción de la cueva de Altamira. Las agresiones sufridas por la cueva original ante las masivas visitas de los años 60 y 70 llevaron al MEC a plantearse crear una neocueva. El deterioro del conjunto se ha detenido y en la neocueva podemos ver las pinturas con una absoluta fidelidad gracias la topografía digital del original, a su reconstrucción a base de piezas en polimeros plásticos y su decoración definitiva siguiendo las técnicas de la época.



Pensad en las penurias vitales de estas gentes, en su lucha contra la naturaleza y en el triunfo de su inteligencia frente a las adversidades. ¡ Cómo no van a mostrar los mismos grados de humanidad que nosotros!: amor, ternura, odio, alegría, pasión por la belleza. Hoy, cuando el arte es una industria y un negocio, el arte paleolítico nos devuelve a las esencias del arte: el consuelo del alma y la satisfacción de la inteligencia racional.

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How do you say in English...?

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