Goya fue un hombre con suerte.
Me criticaréis con razón aquellos que conozcais algo de la vida del pintor pero leed, leed y mirad cómo su obra, terriblemente critica, salva con cierta facilidad las trampas políticas y la crítica social de una época terrible de la Historia de España.
Dejadme que lo ejemplifique el los maravillosos Caprichos, su primera serie de grabados.
Amparado por la nobleza a la que retrataba; por Godoy, figura en ascenso y amigo íntimo; por el Rey que lo adoraba como a un hijo y deseaba sus pinturas, Goya alcanzó a principios de los años 90 del siglo XVIII una posición acomodada, incluso destacada dentro de la sociedad madrileña.
En todo caso, malos tiempos para hombres como él, ilustrado y enamorado de las nuevas ideas revolucionarias que venían de Francia. El cordón sanitario y, con la prisión de Luis XVI, la guerra contra la Convención pusieron a Godoy en una posición incómoda: si favorecía a ilustrados y liberales se le podía condenar como profrancés, si permitía los excesos de la Inquisición y de los ultramontanos se le podía criticar como reaccionario.Godoy optó por favorecer el partido ultramontano a petición de la Reina y su confesor pero aprovechándose de su poder trató de salvar a algunos de sus amigos de la persecución religiosa.
Uno de ellos fue Goya, muy cercano al círculo de Jovellanos, Cabarrús, Moratín o Cea Bermúdez, algunos de los cuales tuvieron graves pleitos con el Santo Tribunal.
Goya se encontraba en un dificil paso: humillado por su enfermedad que le alejaba del mundo, viendo el fracaso de las ideas ilustradas en España y el giro demasiado radical del liberalismo francés, su carácter se tornó más agrio y crítico con todo lo que le rodeaba.
Tan sólo la estancia en Sanlucar con la Duquesa de Alba en 1796 le dio un descanso a su sufrimiento. Quizás, incluso allí, aconsejado seguramente por esa extraordinaria mujer, planeo cómo expresar su visión del mundo que le rodeaba, su feroz crítica, pero sin mostrarlo abiertamente.
Grabados. Una nueva técnica, más barata, más libre, lejos de la pintura cortesana encorsetada. Fácilmente reproducible pero también un lenguaje artístico nuevo: dibujo pero bajo los parámetros del bosquejo, sombras y luces pero monócromas. Formas difuminadas, potentes sombreados, modelado inacabado. Otro concepto apenas visto antes, quizás tan solo en los grabados de Rembrandt. Goya aprendió una técnica diferente, el aguafuerte, que es similar a dibujar. Aprendió además una segunda técnica mucho más complicada, el aguatinta, que le permitía gradaciones de manchas desde el blanco al negro, algo similar a realizar aguadas en pintura. Empleó ambas técnicas simultáneamente, era algo novedoso y consiguió unos grabados que son bastantes parecidos a las pinturas.
Me criticaréis con razón aquellos que conozcais algo de la vida del pintor pero leed, leed y mirad cómo su obra, terriblemente critica, salva con cierta facilidad las trampas políticas y la crítica social de una época terrible de la Historia de España.
Dejadme que lo ejemplifique el los maravillosos Caprichos, su primera serie de grabados.
Amparado por la nobleza a la que retrataba; por Godoy, figura en ascenso y amigo íntimo; por el Rey que lo adoraba como a un hijo y deseaba sus pinturas, Goya alcanzó a principios de los años 90 del siglo XVIII una posición acomodada, incluso destacada dentro de la sociedad madrileña.
En todo caso, malos tiempos para hombres como él, ilustrado y enamorado de las nuevas ideas revolucionarias que venían de Francia. El cordón sanitario y, con la prisión de Luis XVI, la guerra contra la Convención pusieron a Godoy en una posición incómoda: si favorecía a ilustrados y liberales se le podía condenar como profrancés, si permitía los excesos de la Inquisición y de los ultramontanos se le podía criticar como reaccionario.Godoy optó por favorecer el partido ultramontano a petición de la Reina y su confesor pero aprovechándose de su poder trató de salvar a algunos de sus amigos de la persecución religiosa.
Uno de ellos fue Goya, muy cercano al círculo de Jovellanos, Cabarrús, Moratín o Cea Bermúdez, algunos de los cuales tuvieron graves pleitos con el Santo Tribunal.
Goya se encontraba en un dificil paso: humillado por su enfermedad que le alejaba del mundo, viendo el fracaso de las ideas ilustradas en España y el giro demasiado radical del liberalismo francés, su carácter se tornó más agrio y crítico con todo lo que le rodeaba.
Tan sólo la estancia en Sanlucar con la Duquesa de Alba en 1796 le dio un descanso a su sufrimiento. Quizás, incluso allí, aconsejado seguramente por esa extraordinaria mujer, planeo cómo expresar su visión del mundo que le rodeaba, su feroz crítica, pero sin mostrarlo abiertamente.
Grabados. Una nueva técnica, más barata, más libre, lejos de la pintura cortesana encorsetada. Fácilmente reproducible pero también un lenguaje artístico nuevo: dibujo pero bajo los parámetros del bosquejo, sombras y luces pero monócromas. Formas difuminadas, potentes sombreados, modelado inacabado. Otro concepto apenas visto antes, quizás tan solo en los grabados de Rembrandt. Goya aprendió una técnica diferente, el aguafuerte, que es similar a dibujar. Aprendió además una segunda técnica mucho más complicada, el aguatinta, que le permitía gradaciones de manchas desde el blanco al negro, algo similar a realizar aguadas en pintura. Empleó ambas técnicas simultáneamente, era algo novedoso y consiguió unos grabados que son bastantes parecidos a las pinturas.
Aunque decidió esperar por miedo a la Inquisición, su necesidad de expresarse le llevó a sacarlas a la venta a principios de 1799. La Gaceta de Madrid publicó la edición de Los Caprichos con el título de «Colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y grabadas al aguafuerte por D. Francisco de Goya» . Se publicitó más como dibujos moralistas en el estilo a las pinturas del Bosco o Valdes Leal y no como lo que eran: una crítica terrible, demoledora, de aquellas fuerzas que iban contra la extensión de la razón, contra la renovación de la vida en España.
Los graves problemas de Godoy enfrentado a algunos círculos de la nobleza, desprestigiado por las derrotas militares y acosado por el Directorio francés le llevaron a su abandono del poder. No volverá hasta 1801. Goya, atemorizado por la falta de su amigo, retira la edición de los Caprichos.
Los graves problemas de Godoy enfrentado a algunos círculos de la nobleza, desprestigiado por las derrotas militares y acosado por el Directorio francés le llevaron a su abandono del poder. No volverá hasta 1801. Goya, atemorizado por la falta de su amigo, retira la edición de los Caprichos.
En 1803, para salvar los Caprichos, Goya decidió ofrecer las planchas y todas las series disponibles (240) al rey, con destino a la Real Calcografía, a cambio de una pensión para su hijo. Debió ser durísimo reconocer la victoria de las fuerzas contra las que él luchaba en sus dibujos.
Sin embargo, y a pesar de los problemas que estos grabados le crearon, Goya no perdió ni un ápice de su prestigio entre las clases altas y sí ganó presencia en el imaginario popular como un hombre preocupado por su mundo.
Es dificil encontrar algo tan moderno es su concepción formal pero también en su significación. Como arte, es innovador. Pero también abren un nuevo camino que después seguirá el realismo y, posteriormente, las vanguardias: el artista y su arte como arma de combate social.
Repasa los grabados gracias a wikipedia commons
Repasa los grabados gracias a wikipedia commons
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3 comentarios:
mmm..... cautela xxxx exhuberancia zz
Goya DIOS
Itzar...Muy listo no soy pero en idioma críptico menos llego...
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