Efectivamente, la imagen de la semana anterior fue la ciudad de Valeria, en la provincia de Cuenca.
De origen celtíbero, los romanos pronto mostraron interés en el emplazamiento por la calidad de sus aguas y el paisaje circundante. Su denominación se debe a su fundador, Valerio Flaco y fue reorganizada para patrones romanos hacia el 90 ac.
El motivo de poner como imagen de la semana Valeria ha sido que constatarais que los municipios romanos peninsulares tienen un origen previo al romano, que luego fueron romanizados y que a lo largo del Imperio, sus ciudadanos consiguieron la ciudadanía latina y luego romana para acabar convirtiéndose en ciudades romanas plenamente consolidadas.
Otro motivo es reconocer que no sólo hay ciudades romanas destacadas por su importancia administrativa, económica o simplemente poblacional (ocupación del territorio) sino que hay otros motivos que pueden ser lúdicos o religiosos, Al igual que Pompeya o Herculano, a los pies del Vesubio, eran ciudades de ocio y descanso, segunda residencia de importantes patricios y equites romanos, Valeria era una ciudad de descanso, vinculada al carácter termal de sus aguas y al excelente paisaje circundante.
Wikipedia nos dice:
"Sin duda la gran época de Valeria, en cuanto a su desarrollo urbano, corresponde al siglo I, cuando se acometió la construcción del foro. El conjunto foral se ubica en el centro del yacimiento y lo integran una serie de edificios públicos articulados a distintas alturas en torno a una gran plataforma donde se ubicaba la plaza del foro y, soterrados en la propia plataforma, se encuentran los aljibes.
Al norte se localiza el edificio de la basílica, en el costado oeste el edificio prebasilical o domus publica, el edificio de la exedra(aula de culto imperial) y el criptopórtico. Al sur se sitúa una gran escalera monumental de acceso a la plaza y una serie de tabernas (tiendas) y al este se encuentra el edificio emblemático de Valeria, el ninfeo (fuente monumental) y sus tabernas delanteras. Todo este conjunto se encuentra delimitado por calles."
Una auténtica ciudad de vacaciones, donde disfrutar de un centro de ocio y compras alrededor del criptopórtico. Nos podemos imaginar, majestuoso, en el centro de la ciudad sobre la colina, un foro rodeado en su parte baja de calles animadas llenas de tiendas. Paseando por uno de los lados, el relajante murmullo del agua corriendo por esas pequeñas cascadas del ninfeo que rodeaban las tiendas, en un espacio de verdor y frescor en el caluroso verano conquense. Productos traídos de otras partes de la península y del Imperio, alegres restaurantes, tabernas y tiendas, lugares donde poder hacerte desde la manicura, un peinado o un masaje.
Los grandes aljibes de la ciudad abastecían el ninfeo más famoso de la provincia y, quizás, de la parte occidental del Imperio. Pero también abastecían a las hoy, perdidas, termas más al sur de la ciudad. Su función administrativa no ocultaba su función claramente lúdica.
Cuando en el siglo III y IV, la presión fiscal imperial se hizo desmedida, las clases altas romanas peninsulares empezaron a refugiarse en sus villas rurales y abandonaron progresivamente la tradición de hacer "turismo termal y de ocio". Valeria vio menguados sus ingresos y sus magistrados locales, incapaces de hacer las necesarias reparaciones en las infraestructuras, fueron cerrando algunos de los espacios públicos, que cayeron en desuso y dejaron de atraer el turismo del que vivía la ciudad. Los espacios se reaprovecharon para otras construcciones menores, el criptopórtico se hundió y las canalizaciones de agua se colmataron y averiaron.
Dice Elena Serrano:
"Algunas de las causas son la carencia de recursos económicos unida a la
primacía de otros lugares con más expectativas como Toledo, importante capital
cristiana. Cuando se derrumban el Foro, la Basílica, los Pórticos y los Criptopórticos
se construyen nuevas casas sobre los escombros. Parece ser que la Exeda sirvió
de redil y de testimonios de enseres y alimentos hallados en los aljibes
muestra que fueron habitados durante esta época. Por otra parte, la falta de
agua originó éxodo a lugares más propicios en los albores de la Edad Media. En
época visigoda, Valeria se convirtió en sede episcopal de pendiente de la
metropolitana de Toledo que tras la invasión musulmana de la Península entró en
total decadencia"
Algunas reconstrucciones nos permiten recordar el esplendor de esta ciudad...
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