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El periplo veraniego nos llevo en este caso a Valladolid. Esta vez el motivo no era familiar como habitualmente sino lúdico y de ocio. Fuimos a ver un concierto de Depeche Mode. Para aquellos que no estén en la onda -onda ochentera y tecno-, este grupo británico de música tecno, exitoso en los años '80 y '90, inició en España su gira mudial, llamada Tour del Universo 2009. Gracias a los buenos manejos de un gran amigo allí estuvimos para verlo en directo. Dejadme que os ponga una pequeña muestra de su música como fondo al hecho artístico que nos va a ocupar.
Lo cierto es que entrando en Valladolid pude contemplar la nueva sede de las Cortes de Castilla y León, anteriormente ubicadas en el municipio de Fuensaldaña, en su castillo tardomedieval.
El conjunto arquitectónico, que ha supuesto una inversión de 46 millones de euros, alberga la nueva sede del Parlamento. Se compone de un total de cuatro módulos. El primer de ellos lo forman las plantas baja, primera y segunda, con unas medidas de 175 metros de largo y 50 metros de ancho. El segundo bloque está compuesto por la biblioteca, desde donde se puede ver la avenida de Salamanca y el Monasterio del Pardo.El tercer módulo corresponde al Hemiciclo y el último volumen corresponde a un módulo de vidrio que facilita la entrada de luz al inmueble.
Partiendo del proyecto ganador del Concurso de Ideas, obra del arquitecto granadino Ramón Fernández Alonso, y con objeto de “prevenir las necesidades de un Parlamento del siglo XXI”, en palabras del Presidente de las Cortes de Castilla y León, José Manuel Fernández Santiago, se redactó en julio de 2003 el proyecto definitivo, para aumentar la versatilidad y funcionalidad de las dependencias y conseguir la mejor adecuación al trabajo de los distintos órganos del Parlamento regional.
La obra se inició en el mes de abril de 2004, con la intervención de un equipo técnico de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León, al que se incorporó poco más tarde la empresa adjudicataria del concurso de asistencia técnica para la dirección facultativa de las obras. Tras un año largo de trabajos del equipo de dirección de la obra con los equipos designados por la propiedad y la empresa constructora, se avanzó sustancialmente en la mejora del diseño inicial, adaptándolo a un óptimo programa funcional, modificando los acabados de cara a su mayor durabilidad, y mejorando sustancialmente las instalaciones en materias como la climatización, electricidad e iluminación.
(Texto e imágenes tomadas de la web institucional de las Cortes de Castilla y León)
El edificio es espectacular. Blanco paralelepípedo cortado por un cubo de alabastro que sirve de eje de iluminación del interior. Con ciertas reminiscencias Lecorbusierianas (Villa Saboye), el cuerpo principal está sostenido por pilares a la vista, gracias al desnivel del terreno. La ruptura del frío racionalismo y de la simplicidad viene dada por el diferente acabado de los extremos del cuerpo principal. Uno con un retranqueado de la fachada y otro con un cuerpo acristalado matizado por una estructura laminar en bronce que lo protege y evita la iluminación directa.
Si por el día el blanco de edificio contrasta con la zona ajardinada del Monasterio del Prado, por la noche el cubo de alabastro iluminado le concede un simbolismo de edificio guía o luz de la ciudad.
Precioso y espectacular...y más si antes has visto a buenos amigos y a Depeche Mode en plena acción.
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