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¡Ya en Octubre! El tiempo no corre, vuela...
Hoy, en la "imagen de la semana"estamos ante un personaje curioso, diferente. Fijaos en sus rasgos. Una extraña belleza, rostro alargado, rasgos afilados, labios carnosos, complexión huesuda y fibrosa.
Los que le conocieron, aquellos que lo loaron en las inscripciones, cuentan que era un hombre sensible, preocupado por las cuestiones sobrenaturales, poeta a ratos libres y poco amigo de los asuntos de Estado. Más bien era un hombre con tendencia a la introspección, sentimental y proclive a las depresiones.
Curiosamente, su matrimonio -típico ejemplo de enlace político, para consolidar una alianza entre Estados- fue su principal asidero en los momentos de crisis. Su esposa, una belleza extranjera, adoptó sus costumbres y sus creencias y él, enamorado y rendido a su inteligencia y belleza, la llamó "Bondad de Atón, la belleza ha llegado". Ella acabó tomando las riendas del poder, bajo la sombra de un marido más preocupado por la religión y la filosofía. Incluso acabó teniendo una aventura con un militar que conspiraba contra su marido para evitar su caída. A tal llegó el grado de compromiso de la reina.
Murió envenenado. Sus sucesores se encargaron de hacer desaparecer su memoria, algo muy típico en Egipto. Destruyeron sus reformas, acabaron con su nueva capital y enterraron su nueva forma de entender la religión.
Sin embargo, esta pareja nos ha dejado un momento de cambio en el arte egipcio que no tuvo parangón en 3000 años de historia. Un paso adelante en la búsqueda de la belleza. Un adelantado a su tiempo.
1. ¿Quién es el faraón y quién era su esposa? Dime la dinastía,
el periodo de gobierno y las fechas.
2. ¿Por qué decimos que "revolucionó" la concepción artística de Egipto?
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13 comentarios:
Muy, muy impresionante Susana el análisis que realizas. Prometo publicarlo al final de la semana cuando se resuelva esto entre todos tus compañeros. Mientras, ya sabes, lo borro para que otros también trabajen.
Correctísimo, Sara. Me gusta mucho que hayas hecho características por puntos separados. Buena nota. Ya sabes que te borro para que otros no aprovechen tu trabajo., Gracias.
ESTÁ MUY BIEN, RAQUEL. ME GUSTA MUCHO EL DATO QUE NADIE HABÍA DICHO DE QUE BAJO ESE FARAÓN DESAPARECEN TODAS LAS REPRESENTACIONES DE DIOSES QUE NO SEAN LAS DEL CULTO OFICIAL AL SOL. SOLO ECHO EN FALTA ALGUNA REFERENCIA MÁS A LOS CAMBIOS ARTÍSTICOS CONCRETOS DEL PERIODO.
Borro tu aportación para que otros no lo copien.
Gracias
1.- Amenhotep, también conocido como Ajenatón, Akhenatón o Akenatón, Amenhotep IV o Amenofis IV, fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Su reinado está datado en torno a 1353-1336 a. C.4 y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo de Egipto. Hacia el cuarto año de su reinado, cambió su nombre a Neferjeperura Ajenatón.
Dentro de la historia del Antiguo Egipto, su reinado inicia el denominado Período de Amarna,6 debido al nombre árabe actual del lugar elegido para fundar la nueva capital: la ciudad de Ajetatón, esto es, «Horizonte de Atón». Es célebre por haber impulsado transformaciones radicales en la sociedad egipcia, al convertir al dios Atón en la única deidad del culto oficial del Estado, en perjuicio del, hasta el momento, predominante: el culto a Amón. Es el primer reformador religioso del que se tiene registro histórico.7 Su reinado no sólo implicó cambios en el ámbito religioso, sino también reformas políticas y artísticas.
Aunque tardíamente descubierto y todavía poco conocido, está considerado por muchos historiadores, arqueólogos y escritores como uno de los faraones más interesantes.
El cargo de Gran Esposa Real (Ta hemet nesu) fue ejercido por Nefertiti, a quien históricamente se le ha adjudicado una gran belleza física y unas grandes dotes como gobernante. Con ella, la figura de la Gran Esposa Real alcanzó cotas nunca vistas, como lo demuestra el hecho de que haya registros con los nombres de Ajenatón y Nefertiti en cartuchos reales, algo inusual en otros reinados.
2.- El faraón Akhenatón ha pasado a la Historia como el "faraón hereje" y como uno de los primeros reformadores religiosos, con claras tendencias monoteístas en torno a Atón (religión amarniense), a quien edificó numerosos templos por todo el país; entre ellos destacan los de Menfis, Heliópolis, Elefantina y Nubia. Aparte de éstos, se conocen otros ocho templos de su primera etapa de reinado que se construyeron rápidamente, mediante la técnica de bloques en serie (los talata), de los cuales han llegado más de 50.000. El rey tuvo aficiones literarias, y fue probablemente el autor de un hermoso Himno a Atón que hizo grabar en todos los templos de Tell el-Amarna y que incluso se fijó en la tumba del precitado Ay, el padre de Nefertiti y más tarde rey. Asimismo, en su reinado el Arte egipcio adoptó nuevos cánones estéticos (busto de Nefertiti del Museo de Berlín, coloso osírico de Karnak, pareja de Akhenatón y Nefertiti, torso de princesa), a los que no fue ajeno el faraón, que tuvo notables aptitudes plásticas si hemos de creer a su arquitecto Bek. La plástica y figuraciones pictóricas de Akhenatón, que lo representan bajo evidentes aspectos andróginos, ha sido evaluada de modo muy dispar. Para algunos, obedecería a la nueva concepción artística del propio rey; para otros, sería prueba inequívoca del llamado "síndrome de Fröhlich", enfermedad que pudo haber padecido en sus últimos años de vida. Akhenatón fue enterrado muy probablemente en El-Amarna, pero su momia no ha sido encontrada.
1.-Se trata del faraón Amenhotep IV (también conocido como Amenofis IV) y posteriormente renombrado como Akenatón. Era hijo de Amenhotep III y de la reina Tiyi o Teie. Este rey perteneciente a la XVIII dinastía (1357-1335 a.C), dio comienzo a una revolución que afectó mucho ala población egipcia. Su esposa fue Nefertiti, quien ocupó un lugar especial al lado de Akenatón. Participaba de una forma muy activa en la vida del país. También desempeñó una especial función religiosa. Era una gran sacerdotista de un templo de Atón y participaba muy activamente en ceremonias religiosa, incluso hasta dirigiendo alguna de ellas.
2.-Con la llegada de Akenatón, la sociedad egipcia experimenta una serie de transformaciones revolucionarias, sobre todo religiosas, pero también en la política y n el arte. Los cambios que este faraón realizó en el arte dieron lugar a un nuevo ideal de belleza y sentido de las formas, liberándose de la rigidez tradicional y triunfando el naturalismo y el realismo en las representaciones. Consecuencia de la laicización impuesta por el soberano se observan rasgos apreciables tanto en las estatuas como en los relieves. Los hombres dejan de ser modélicos, para aparecer con malformaciones físicas, los escultores se aplican más en dar realce a los rasgos. Las imágenes adquieren una mayor esbeltez y se desprenden de la rigidez y el hieratismo de las épocas anteriores. Los rostros adquieren rasgos más realistas, incluso exagerados.
1. Estamos ante el faraón Neferjeperura Amenhotep, también conocido como Ajenatón, Akhenatón o Akenatón, Amenhotep IV o Amenofis IV. Fue el décimo faraón de la XVIII dinastía de Egipto. Su reinado está datado en torno a 1353-1336 a. C. y pertenece al periodo denominado Imperio Nuevo de Egipto. Es célebre por haber impulsado transformaciones radicales en la sociedad egipcia, al convertir al dios Atón en la única deidad del culto oficial del Estado, en perjuicio del, hasta el momento, predominante: el culto a Amón. Es el primer reformador religioso del que se tiene registro histórico. Su reinado no sólo implicó cambios en el ámbito religioso, sino también reformas políticas y artísticas.
Su esposa fue Neferu Atón Nefertiti, la Gran Esposa Real de la XVIII dinastía de Egipto. Nefertiti siempre acompañó a Akenatón. Primero, en el traslado de la capital de Tebas a Aketatón, fundada como el reino de Atón sobre la tierra, y después al asumir las funciones de corregente de su marido, cosa única en la historia anterior egipcia. Akenatón decidió elevar del cargo de gran esposa real a Nefertiti, convirtiéndola en reina-faraón a su lado, con el nombre de Neferneferuatón.
2. Decimos que revolucionó la concepción artística de Egipto porque impuso una revolución estética, con el cual anuló algunas normas estéticas establecidas hasta sus días, exigiendo así que los artistas se movieran por otro tipo de estética, una que representara lo que veía.
- Se oponía al estilo arcaico y formal. Intentaba que los artistas que lo retrataban, se basaran en una corriente más naturalista y dinámica, pretendiendo así que el arte se acercara muchísimo más a la realidad, llegando incluso a un expresionismo exagerado.
- Por otra parte, Akenatón quería que su persona fuera retratada tal cual era en la vida real, sin añadidos. Esto le hacía romper de forma drástica con sus predecesores, pues por ejemplo, ya no había problema a la hora de representar defectos físicos.
- Innovó por medio de su interés en los paisajes, en la perspectiva así como en la búsqueda de las escenas más cotidianas en las pinturas. Por este motivo, podía ser retratado como faraón amante, acariciando el rostro de su esposa, o como faraón padre, jugando con sus hijos, en las cuales mostraba destellos de ternura, ya que como dice la descripción de este ejercicio, él era un hombre con tendencia sentimental.
Todo esto hace que el periodo artístico durante su reinado fuera realmente libre, renovador. Consolidó un modelo estético que incluso tras su muerte seguiría vigente hasta finales del Imperio Nuevo, y es que Akenatón daba un portazo a todos los formalismos, dejando entrar como una bocanada de aire fresco nuevas tendencias como el naturalismo.
Hoy tenemos ante nosotros a un personaje realmente impresionante. Se trata del faraón Akenatón, décimo faraón de la dinastía XVIII. Reinó entre 1352 y 1335 a.C. La tan misteriosa esposa no es otra que Nefertiti.
Akenatón revolucinó Egipto. Su revolución artística viene acompañada de la revolución religiosa y política de su reinado, conocida como la Revolución de Amarna. El panteón de los dioses, cuando nació Akenatón, estaba centrado en Amón Ra, que era el dios principal. Para quitar poder a la casta sacerdotal, Akenatón centró en culto en Atón. Llegó a cambiar su nombre (Amenhotep, que hacía referencia al de Amón, por el de Akenatón). Como dijimos, todo esto se debe a la intención de retirar poder a los sacerdotes. Por ello, Akenatón se autodenominó el único representante del dios en la Tierra, haciendo inútil la casta sacerdotal. Estos cambios vinieron acompañados de una sustancial revolución política, al trasladar la capital de Tebas a una nueva ciudad: Ajenatón.
Así, partiendo de esta profunda revolución que llevó a cabo el faraón, llegamos a un cambio en el modelo artístico de Egipto. El arte pictórico y escultórico siempre se había basado en el hieratismo monumental, en los esquematismos y en la idealización. Con Akenatón, el arte ganó una importante carga naturalista, podemos decir que, incluso se llegó a la ternura (al mostrar a Nefertiti con sus hijas pequeñas, por ejemplo). Se muestran los defectos físicos, exagerándolos (cabezas alargadas, ojos rasgados), abandonando, así, la idealización anterior. Los cuellos se hacen más alargados y estilizados, los labios, gruesos.
Sin duda, uno de los grandes cambios se produce en la temática. Hasta el momento habían predominado las imágenes religiosas. Sin embargo, la nueva religión Atonista, que mostraba al dios como un disco de sol (a diferencia de otros dioses, este se representa de manera abstracta, no humanizada), provocará que el interés artístico se centre en imágenes familiares, íntimas o personales. El faraón guerrero que vence a sus enemigos es, por lo tanto, sustituido por escenas íntimas del faraón venerando al dios o con su Gran Esposa Real: Nefertiti. Así, por primera vez, el faraón aparece en su faceta más humanista, dejando de lado esa imagen grandiosa y divina del faraón-dios anterior. También se empezó a estudiar y representar correctamente la perspectiva.
Este nuevo modelo artístico perdurará después de su muerte, siendo su gran legado -ya que sus otras grandes revoluciones político-religiosas, serán anuladas tras su fallecimiento. Es sin duda un cambio sustancial en el arte de Egipto, en el que se superará la idealización y el hieratismo del faraón y de los personajes y se entrará de lleno en la humanización del mandatario y en el naturalismo. Es, si duda, un arte de éxotica belleza.
Bueno, ¿qué puedo decir ante este despliegue de información? Dejamos ya cerrada la imagen de la semana, recordando que Akhenatón deja en la historia del arte egipcio un punto de incertidumbre: ¿Se pueden hacer las representaciones artísticas de otra forma? ¿Hay vida más allá de la frontalidad, el hieratismo, el esquema compositivo cerrado, el idealismo y el esquematismo formal? Viendo el famoso bajorrelieve de Akhenatón y Nefertiti con sus hijas está claro que lo mejor está por venir...
El siguiente paso, sin duda, Las Meninas.
El siguiente paso, sin duda, Las Meninas.
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