Los castigados del temario...

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PINTURA ROMÁNICA

Todos conocemos los dos principales focos pictóricos del Románico peninsular, convertidos en iconos de la pintura románica europea: uno, son el conjunto de iglesias y monasterios pirenáicos, de entre los que destacan el Boi, Taüll y Urgell. El otro son las pinturas dela cripta o Panteón real de la iglesia de San Isidoro de León.

La mayoría de las primeras están conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, en ábsides y frisos reconstruidos. Fuera de su ambiente, lejos del recogimiento de esos pequeños cenobios pero, al menos, en perfecto estado de conservación.
De entre todas ellas -espectaculares y conmovedoras cuando las ves allí- destacan por su intensidad las del Maestro de Taüll y en concreto, las de San Clemente y Santa María. Obvio los comentarios pero es dificil encontrar todas las características de la pintura románica tan bien reunidas como en estos dos ábsides. Frontalidad, esquematismo, colores planos, predominio del dibujo, majestuosidad, jerarquización por tamaños, isocefalia, ausencia de fondos sustituidos por colores., etc.

Las segundas, en León, decoran el Panteón Real de los reyes leoneses. Pinturas al fresco sobre bóvedas de arista sujetadas por columnas y pilares cruciformes. Muestran una gran variedad de temas, desde la vida de Cristo hasta el apocalipsis, destacando sobre todas ellas las más mundanas como son la anunciación, la adoración de los pastores, la negación de Pedro o la Última Cena. Más hieráticas aquellas que muestran la Glorificación de Cristo o su carácter Todopoderoso como el Pantocrator de la bóveda central.

Sin embargo, hay dos lugares castigados por el tiempo y por la insensibilidad artística que merece la pena destacar. Son dos pequeñas ermitas, alejadas hoy de los grandes circuitos artísiticos pero que reunieron allá por mediados del siglo XII uno de los conjuntos más espectaculares de pinturas románicas existentes. Hablamos de la Vera Cruz de Maderuelo y San Baudelio de Berlanga.

Ambas sufrieron abandono y, además, expolio. Ambas estaban antes en el temario pero el fragor de las reformas, la arrolladora fuerza de lo contemporáneo han acabado también con ellas. Conozcámoslas un poco.

La Vera Cruz, abandonada, convertida en casa y establo, fue descubierta para el público y las autoridades en 1907. Posteriormente declarada monumento nacional, hubo de ser trasladada en 1947 por las obras de un pantano cercano y sus frescos alojados en el Museo del Prado.
San Baudelio de Berlanga, construida hacia el siglo XI por artesanos mozárabes, también sufrió abandono siendo convertida en establo. Esta, además, sufrió un expolio peor que el de la Vera Cruz: en 1922 los frescos fueron vendidos a un marchante de arte, Leon Levi, por el ayuntamiento de Casillas de Berlanga. Este a su vez se las vendió al multimillonario Gabrielle Dereppe y acabaron en los museos de Boston, Cincinatti o Indianapolis. Pobres incultos los vecinos de ese tiempo pero irreparable y estúpido el comportamiento del Tribunal Supremo español en 1925 que certificó el expolio dándole validez jurídica.

"Vi en medio de la tierra un árbol alto sobremanera. Aquel arbol creció y se hizo corpulento. Su cima tocaba en los cielos, y se veía en los confines de toda la tierra. Era de hermosa copa y ramaje, y daba abundantes frutos. De él saldría mantenimiento para todos. Las bestias del campo se cobijaban a su sombra, y en sus ramas podían anidar las aves del cielo". (LIBRO DE DANIEL)

La nave de San Baudelio está cubierta con una bóveda nervada que surge de un pilar central en forma de palmera. Esta bóveda, sus paredes, el muro del ábside y los arcos que sustentan la tribuna recogen todo el programa pictórico.La combinación entre los temas religiosos y los profanos hacen de ella un caso sin igual.Tres artistas pero dos destacan. El Maestro de Maderuelo que pinta las grandes escenas bíblicas y las pinturas del abside. Ejemplo magnífico es la entrada de Jesús en Jerusalen, hoy en Cincinatti.

El otro maestro, el de San Baudelio pinta las escenas bajas, escenas profanas, de caza y animales. Una joya, tan finas y elegantes que son intemporales.

En la Vera Cruz el programa pictórico se reparte por todo el ábside. La bóveda y los muros laterales nos muestran los distintos niveles de acercamiento a la Gloria de Dios, en el muro oriental la adoración del Cordero y distintos temas del Nuevo Testamento y, por último, en el muro de los pies, escenas del Génesis, en el que destaca la expulsión de Adán y Eva del Paraiso.

El fiel dirigiría su mirada hacia el muro de entrada, en el que contemplaría la pérdida del Paraíso por el pecado de nuestros primeros padres. Más tarde, encontraría la redención del ser humano y el sacrificio de Cristo, de esta forma estaría preparado para ver como la Gloria de Dios es el fin último de la existencia y que aquellos que han cosagrado su vida a la fe estarán próximos al Creador. Destacan al fondo el Cordero Místico preside todo el conjunto y, sobre todo ello, la bóveda que nos muestra al Todopoderoso, al Pantocrator rodeado por los tetramorfos.

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El estilo es muy parecido a Taüll, lo que lleva apensar en que este maestro pudo estar por la zona con las huestes del Alfonso I el Batallador.

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